“Es un esprint diario”
En resumen
- Ricky Brabec es uno de los motoristas más talentosos de su generación, además de bicampeón del Dakar (2020, 2024). Este californiano de 34 años calienta ya motores para la que será su 11ª participación en el rally.
- En 2025, Ricky finalizó tercero por detrás de Daniel Sanders y su compañero en Honda Tosha Schareina en el Campeonato del Mundo de Rally-Raid (W2RC) tras subirse al podio en Abu Dhabi, Sudáfrica y Marruecos.
- Hace seis años, se convirtió en el primer estadounidense en adjudicarse un Dakar, apenas unas horas antes de que Casey Currie y Sean Berriman se proclamaran vencedores en la categoría SSV.
- Hijo de motoristas, Ricky se subió a su primera BMX con tan solo 5 años. Más tarde, probó la motocross pero comprendió enseguida que lo suyo era la competición en el desierto. Criarse en Hesperia, rodeado del desierto de Mojave, sin duda le forjó como piloto desde sus inicios. Tras fichar por el THR Motorsports en 2011, Ricky decidió ponerse manos a la obra y dar un fuerte impulso a su carrera, primando los entrenamientos sobre la fiesta. Su esfuerzo pronto dio sus frutos: en 2014, se embolsó la San Felipe 250, Baja 500, Baja 1000 y la Vegas to Reno.
- A principios de 2015, la leyenda estadounidense del offroad Quinn Cody le llamó para preguntarle si le interesaría probar el rally raid. Ricky terminó 5º en su primera competición, el Abu Dhabi Desert Challenge, lo cual le permitió atar un contrato oficial con Honda para el Dakar 2016. Desde entonces, ha permanecido fiel al equipo.
- En 2020, se convirtió en el primer piloto en ganar el Dakar al manillar de una Honda desde Gilles Lalay en 1989, y después, en 2024, en el 13er piloto en adjudicarse múltiples títulos del Dakar.
- Su pareja, la también piloto Sara Price, competirá en la nueva categoría Stock en el Dakar 2026, que contará con un ambicioso recién llegado: Defender. En su país, Ricky y Sara organizan eventos privados en el Rip & Dip Ranch, un rancho que compraron en 2020 para brindar a sus invitados la oportunidad de saborear el rally y la competición en lo que describen como un “terreno de juego único”.
Ambición
“Me llevó tiempo recuperarme de la lesión en la pierna antes del Dakar 2025. Me fracturé la meseta tibial, que es justo donde se unen el fémur, la tibia y el peroné en la articulación de la rodilla. No me dieron luz verde para competir en moto hasta principios de diciembre, así que el periodo de entrenamiento para el rally fue verdaderamente corto para mí. No tenía la pierna al 100% pero pese a ello destaqué y pude pelear por el podio. El mayor problema que tuve fue cuando se me rompió el tubo de escape en la crono. A partir de ahí me vi un tanto limitado. Mi principal objetivo era terminar y regresar a casa para que descansara la pierna. No sé qué margen de recuperación tiene. Sé que nunca volverá a estar al 100% pero lo cierto es que en las últimas dos mangas del W2RC no me molestó en absoluto. Me he podido subir al podio del Campeonato del mundo y he peleado todo el año, lo cual me da confianza. Tengo que seguir mejorando algunas cosas para llegar al nivel de Daniel y Tosha pero estoy sin duda mucho mejor que el año pasado. Siempre hay margen de mejora pero creo que el equipo va bien encaminado. La velocidad no es lo que más me preocupa. Lo más peliagudo es combinar navegación con velocidad. Daniel y Toscha sin duda le tienen cogida la medida. Su velocidad no es mayor a la mía pero ellos han conseguido imprimir una velocidad muy alta al tiempo que garantizan una navegación muy robusta. Hemos tratado de dar con el ajuste adecuado para que pueda sentirme cómodo rodando a gran velocidad. Es algo en lo que he de concentrarme de cara a la preparación del Dakar para asegurarme de que puedo rendir al más alto nivel durante los 15 días de carrera. Hemos mejorado mucho en Marruecos, así que no vamos tan rezagados. Mi objetivo es ganar, sin duda. Lo he conseguido en dos ocasiones y estoy seguro de que puedo firmar un triplete. Dicho esto, hay muchísimo nivel entre mis rivales así que es difícil saber quién se coronará. El nivel sube año tras año y la carrera se vuelve mejor, más rápida y más exigente. Ya no hay margen para experimentar. Si fallas en una curva o cometes un error de navegación echas al traste la etapa. Podría decirse que cada etapa es un esprint."
