“Si cometes un error, te vas fuera”
PERFIL DEL PILOTO
- Skyler Howes, uno de los motoristas con más talento en Rally GP, ya está calentando motores para su sexto Dakar, su segundo como parte del Monster Energy Honda Team.
- Nacido en California y criado en Utah, el piloto de 32 años aprendió a conducir a lomos de una Honda XR75 de 1974 que su padre recuperó de un desguace.
- Se profesionalizó en 2012 y comenzó a impresionar a propios y extraños en el mundo off-road de su país. Animado por las estrellas estadounidenses Chris Blais (podio en un Dakar) y Kurt Caselli, se decantó por el rally raid en 2018.
- La trayectoria de Skyler de piloto privado a piloto profesional fue una curva ascendente. Sufrió una caída en su debut en el Dakar de 2019, pero en 2020 se rehízo y remontó hasta la 9ª posición como piloto privado de Klymčiw Racing. Después lo dio todo en el Dakar de 2021 para ganarse un contrato oficial (vendió posesiones preciadas como su moto de 2019) y al final lo consiguió: acabó 5º y firmó un acuerdo con Husqvarna Factory Racing.
- Su mejor actuación en el Dakar (3º) llegó con Husqvarna en 2023. Tras una preparación estelar con victorias incluidas en
- Skyler ha tenido un comienzo desigual con el equipo. Se cayó en su primera carrera en Marruecos y después tuvo que retirarse del Dakar de 2024 por problemas mecánicos durante la crono de 48 horas.
- En agosto de 2024, mientras competía con su compañero de equipo Ricky Brabec en la Vegas to Reno, Skyler protagonizó una caída a gran velocidad y sufrió una fractura abierta de tobillo, aunque él mismo confirma que podría haber sido mucho peor. Por culpa de este aparatoso accidente, acabó 8º en el W2RC.
- En su localidad natal de St. George, el 4 de noviembre es el Día de Skyler Howes en honor a sus proezas.
OBJETIVOS 2025
S.H.: “Mi caída en la Vegas to Reno ha sido la mayor que he tenido en mi vida. Iba a 145 kilómetros por hora por la carretera y llegué al cruce de un río ancho, pero no había señales físicas que avisaran de ningún peligro. Me choqué a 145 km/h y sentí mucha desaceleración, mucha compresión, y después salí disparado por encima del manillar. Se me quedó encajado el pie izquierdo en la rueda trasera y, cuando caí al suelo, la moto se fue para un lado y el pie para el otro. Todo muy traumático, pero en aquel momento parecía mucho peor de lo que acabó siendo. Me llevaron en helicóptero al hospital de Reno y, básicamente, me dijeron ‘se te ha salido el pie y basta con que lo metamos otra vez’. Y así fue. Dio mucha rabia perderse Marruecos, eso sí. La competición es tremenda y, sobre todo, te sirve para probar la moto y comprobar que todos los ajustes estén bien para el gran momento de enero. Este será mi segundo Dakar con Honda. Nos cuidan muy bien. Lo difícil de ser piloto de carreras es que las cosas pueden cambiar en un momento. Antes de hacer podio en el Dakar en 2023, estaba prácticamente invicto, con una racha buenísima, pero, desde entonces, he pasado un par de años complicados con las lesiones y los problemas mecánicos. En fin, tampoco hay que perder la perspectiva. Yo intento no frustrarme. Tengo la vista puesta en el futuro y estoy aprendiendo del pasado. Hacer un Dakar malo es frustrante, pero el mero hecho de ir y competir es un sueño hecho realidad. La suerte es una mezcla de preparación y oportunidad, por lo que tienes que estar lo más preparado posible. En el Dakar cuenta mucho la suerte. Lo haces lo mejor que puedas y tienes que contentarte con el resultado que te toque. La navegación es mucho más difícil ahora que en Sudamérica. Hay tanta información que cuesta mucho más interpretar el roadbook. Antes, cada curva era un apunte en el roadbook. Ahora son tres o cuatro. Tienes que aflojar para leerlo todo bien o te equivocas de camino. Sabemos que podemos apretar al máximo, sobrevivir, volver al vivac y recuperarnos. El nivel es tan alto que no te puedes permitir ni un solo error. Con que cometas uno, te vas fuera. Tenemos que ser perfectos y estar al 100 % todo el tiempo”.