“Más cerca del 10 que del 20; tenemos capacidad para hacerlo”

Isidre Esteve compitió en 10 ediciones del Dakar africano en la categoría de motos, donde mantuvo duelos inolvidables con Coma, Despres, Sainct y Meoni y llegó a acariciar el podio del rally más duro del mundo con dos cuartos puestos (2005 y 2001). Pero sus sueños se pusieron en pausa un día de finales de marzo de 2007, cuando sufrió un accidente en la Baja Almanzora (Almería) que le provocó una fractura en las vértebras T7 y T8. Los daños le causaron una lesión medular que le dejó sin movilidad en las piernas. Lejos de huir del motor, se propuso volver al Dakar en un coche adaptado. Así lo hizo en 2009, pero de vuelta a casa tuvo que estar más de un año encamado por las llagas de presión que le había provocado el asiento. Aun así, no tiró la toalla. En 2017 tras una pausa de ocho años, volvió al desierto con su inseparable Txema Villalobos como copiloto. Utilizó un cojín inteligente diseñado específicamente para que su salud no se viera afectada durante tantas horas de conducción y esa fue la clave. Alcanzó el puesto 34º y volvió a sonreír. Su pasión por la competición le ha llevado a querer seguir mejorando año a año. En 2018 y 2019 llegó a rozar el top 20 con sendos 21º, su mejor resultado hasta la fecha en coche. Desde 2021 ha forjado una relación con Toyota que le llevará a volver a competir en esta 46ª edición del Dakar con el GR DKR Hilux T1+. Después de rondar las 20 primeras posiciones, sufrieron un fallo mecánico inesperado en la etapa 11 que les impidió cumplir su objetivo. Pero este 2023 se han preparado a conciencia en la Baja Aragón y en el Rally de Marruecos, pruebas que les han valido para poner a punto el sistema adaptado de conducción, principalmente los frenos; cambiar su posición y su asiento y sumar kilómetros de calidad al volante. Este año llevarán el nuevo combustible 100% sostenible de Repsol, Renewable Fuels, que le permitirá competir por el top 20 de la general con emisiones neutras de carbono. Esteve y Villalobos saben que tendrán un buen puñado de rivales con prestaciones similares a las suyas, pero creen en sí mismos y confían en seguir creciendo y avanzando hacia arriba. No conocen la palabra imposible.

I.E.P.: “Pensamos que llegamos un poco mejor preparados que el año pasado. Tenemos más experiencia con el nuevo coche. Cuantos más kilómetros hacemos, más a punto lo tenemos en cuanto a reglajes y esto nos permite ir un poco más rápido que hace 12 meses. Somos conscientes de que el nivel es cada vez más alto en la categoría y que tenemos que evitar cualquier pequeño problema que pueda surgirnos durante las dos semanas de carrera en Arabia. Hacer un Dakar perfecto es muy difícil, pero podemos estar entre los 20 primeros. Nuestro objetivo es estar más cerca del 10 que del 20; tenemos capacidad para hacerlo. Para este 2024 hemos cambiado mi posición en la cabina, lo que me permite ir mucho más cómodo, sobre todo en terreno roto y hemos mejorado los mandos de Guidosimplex. Me hace especial ilusión llevar en esta edición el Renewable Fuels de Repsol, un combustible 100% verde, procedente de fuentes sostenibles”.

J.M.V.: “Afrontamos este Dakar con muchísimas ganas y con la tranquilidad de haber hecho los deberes durante el año. Cada vez conozco mejor el estilo de navegación de la organización, dónde pueden estar las trampas del roadbook, la respuesta del coche y los problemas que pueden llegar a surgir. Esto me da más tranquilidad y la esperanza de que nos va a ir bastante mejor y que, si no fallamos ningún día, podremos estar lo más adelante posible. Hemos estado trabajando en la configuración de los frenos del coche y en Marruecos vimos que habíamos dando con la tecla y que a Isidre le daban más confianza para frenar más tarde. Llego con ganas de hacerlo muy bien y no fallar en la navegación”.