“En un equipo ganan todos”
EN BREVE…
A.D.
- El padre de Asier Duarte, un enamorado del 4x4, llevó a casa un Suzuki Samurai siniestrado cuando él tenía 12 años y juntos lo prepararon al estilo buggy. Este vitoriano recuerda el día que bajaron a Granada a ver el Dakar y cómo aquello fue una fuente de inspiración para todos en casa. Eso explica que Duarte se formara como mecánico, profesión que ahora desarrolla con su propio taller. Le quedaba otro sueño: competir en el Dakar.
- En 2009 empezó a hacer viajes al desierto y aprendió a navegar por dunas. Y finalmente, la puerta del Dakar se le abrió gracias al Dakar Classic. Cuando se estaba disputando la primera edición de la categoría de Clásicos, Asier ya estaba preparando el coche con el que iba a cumplir su meta.
- Meses antes de la primera edición del Dakar Classic, Asier vio que había un Nissan Patrol en Córdoba que se ajustaba a sus necesidades y le dijo a su gran amigo Luis Barbero, que vive en Granada, que se acercara a verlo. Luis no entendía el motivo por el que su amigo quería comprar un coche tan antiguo. Cuando ya estaba arreglando el vehículo, llegó el momento de revelar su idea: “Iremos al Dakar, y el coche, ya lo conoces”, le dijo Asier a Barbero por teléfono. Ambos debutaron en el Dakar Classic 2023.
- Su intención era regresar al Dakar 2024 con un Toyota Landcruiser HDJ80 con el objetivo de ayudar al coche de Dirk Van Rompuy, el líder de VR Racing, en la estructura de TH-Trucks, para ir a por el podio o el triunfo con ese primer vehículo. Pero a última hora, Dirk no pudo contar con su copiloto y Luís tuvo que ir al lado del piloto belga, con quien terminó 4º. Un año más tarde, los amigos se vuelven a encontrar para volver a disfrutar juntos.
L.B.
- Natural de La Herradura (Granada), este profesional inmobiliario y de la agricultura debutó en el Dakar por sorpresa. Su amigo Asier Duarte le dijo que iba a correr el Dakar y que quería que él fuese su copiloto en la categoría de Clásicos de 2023. Luís siempre recordará aquella edición, en la que llegaron a meta con un coche de serie con solo una leve mejora de amortiguadores, y sin sufrir averías. Lo disfrutó al máximo.
- Barbero consideraba que su sueño ya estaba más que cumplido y que volver al Dakar era complicado. Pero volvió. El buen rendimiento de piloto y copiloto con un coche de serie llamó la atención de VR Racing. Su labor pasaba a ser la de ayudar al coche del belga Dirk Van Rompuy con un segundo coche de apoyo en carrera en el Dakar Classic 2024. Pero todo cambió de un momento a otro.
- Una emergencia de última hora hizo que Luís tuviera que pasar a ser copiloto de Dirk Van Rompuy en el coche líder del conjunto. Dirk no sabe español y Barbero tampoco habla belga y solo algunas palabras en inglés. Sobre la marcha, tuvieron que inventarse un lenguaje mixto entre el español, francés e inglés para darle indicaciones en carrera. Cumplieron con creces, logrando el 4º puesto, rozando el podio de la general.
AMBICIÓN 2025
A.D.: “El Dakar Classic me abrió esta oportunidad. En 2022 nos quedamos sin ir a última hora. Y en 2023 cumplimos un sueño y acabamos. Lo hicimos bastante bien, fuimos muy regulares y sin romper el coche. Ver el desierto inundado en una de las etapas fue algo que no olvidaré jamás”.
“El año pasado finalmente Luís no pudo venir de copiloto conmigo, ya que tuvo que irse con Dirk Van Rompuy y a mí me acompañó Raquel. Hicimos nuestro papel de ayudar como pudimos y salió bien. Cumplimos el objetivo, porque Luís y Dirk no habían competido nunca juntos y pese a ello lograron ser cuartos en la general. Nos quedó la espinita de rozar el podio con Dirk. A ver si este año, con Luís y yo en el mismo coche, podemos ayudarle un poco más y que lo logre. Sería una satisfacción de equipo. En un equipo ganan todos”.
L.B.: “El primer año con Asier fuimos en un Nissan Patrol y fue por nuestra cuenta totalmente. Fue una de las mejores experiencias de mi vida. Y el pasado año el reto fue mayor. En el último momento el copiloto del coche principal no pudo ir y yo pasé a ser copiloto del coche principal de VR Racing con el belga Dirk Van Rompuy. Él no habla español y yo tampoco francés, aunque sí algunas palabras de inglés. Y nunca habíamos competido juntos. Nos inventamos un idioma entre los dos. Yo le enseñaba las casillas del roadbook y le decía: ‘¿cómo quieres que te explique esto cuando lleguemos aquí?’ Metíamos algunas palabras en español, francés y otras en inglés y logramos crear un idioma de carrera”.
“Los tres primeros días nos costó un poco más porque no estábamos coordinados aún con el lenguaje. Pero cuando sacamos el idioma de carrera, fue todo fácil. Pensábamos que podíamos estar en el Top-10, pero tan cerca del podio, fue una sorpresa. Este año regreso al puesto de copiloto de Asier Duarte y vamos en el segundo coche del equipo VR Racing en TH-Trucks. Volvemos a la idea original. Dirk volverá con su copiloto y nosotros intentaremos aportar al equipo todo lo que podamos. A ver si conseguimos mejorar las posiciones del año pasado y llevar hasta el podio a Dirk”.
