“Tengo muy buenas vibraciones”

A Carlos Vento el Dakar le debe una. Este empresario madrileño del sector automovilístico se perdió hace un año la que iba a ser su segunda cita con el desierto saudí y la mítica prueba por una lesión abdominal a tres semanas de viajar a Yeda. Pero el proyecto con el que afrontará, ahora sí, su segunda participación dakariana es toda una declaración de intenciones. Sus inicios en el mundo del motor le llevaron a ser piloto probador de Renault para la Copa Clio y Megane en España, cuando acababa de cumplir la mayoría de edad, pero, asegura, la llegada de sus hijos paró temporalmente sus aventuras automovilísticas. En 2008, en el desierto de Argelia, tras recorrer 3.000km de dunas y arena durante 10 días, descubrió una nueva pasión de la que ya no ha podido librarse. En este tiempo, la ha combinado con la vela clásica, de la que es campeón de España. Su estreno en el Dakar 2021 en la categoría Classic con el proyecto de Rumbo Zero y Mercedes-Benz España fue por todo lo alto, ya que acabó segundo en la primera especial de su vida en Arabia Saudí. Pero este 2022 ha decidido cambiar de modalidad y ha montado un equipo para disputar el rally en la categoría FIA T4. Vento asegura que es la oportunidad de su vida y que se han preparado sin descanso durante todo el año. A su derecha estará Carlos Ruiz, un copiloto de regularidad que se estrena en el Dakar y que aguarda con mucha ilusión el sueño de su vida. Pero los dos Carlos no van a pasar el rato, su objetivo es ir sumando etapas sin grandes problemas y esperar que el paso de los días y su cabeza fría les vayan haciendo escalar posiciones. Están ante una de las oportunidades de su vida, según reconocen ambos. La ilusión, las ganas y la preparación son máximas. El desierto saudí les espera.

C.V.: “Este año vuelvo al Dakar con un proyecto nuevo, después de haberme quedado fuera en 2022 unas semanas antes de la salida por una lesión abdominal. La idea inicial era contar con tres coches, pero al final iré yo solo con Carlos Ruiz con un T4 preparado por South Racing. Estamos muy ilusionados, vamos con un muy buen equipo con el que nos hemos preparado todo el año y con un gran coche. Vamos a intentar hacer un Dakar completo, día a día, sin forzar nada y viendo cómo vamos acabando. Si hay un año en el que podemos hacer algo y lograr un puesto relevante es este, por todo lo que hemos trabajado y lo que hemos dedicado en cuanto a personal eficiente, involucrado. No ha habido mes que no hayamos estado subidos al coche. Tenemos un equipo de verdad, no solo profesional, de amigos. Tengo muy buenas vibraciones. No obstante, el Dakar es una experiencia de vida, si lo piensas, estamos entre los 1000 privilegiados que pueden vivirlo en primera persona”.

C. R.: “Carlos me llamó este año y me ofreció correr con él en un T4, era algo irrechazable. No podía decir que no. La primera vez juntos fue en el Fenek Rally y lo ganamos. Desde entonces no hemos dejado de entrenar y competir, tanto en España como en algunos desiertos, y llegamos con muchísimas ganas. Yo todavía no lo asimilo, porque es como si te dijeran que vas a jugar en un equipo de primera de fútbol; solo hace 6-7 años que empecé a meterme en el mundo de las carreras. Mi inspiración son Diego Ortega y Mathieu Baumel, con los que coincidí en la Baja Aragón este año; te sientes pequeño a su lado. Con poder terminar el Dakar ya será un logro, pero esperamos hacer un papel lo mejor posible y creemos que en T4 se pueden conseguir cosas. ¿El Empty Quarter? Me da igual lo que nos echen, porque me va a sorprender todo y estoy deseando empezar”.