“Estoy ante la experiencia deportiva de mi vida”

Fue su abuelo, ingeniero de la marca de motocicletas Ossa, el que creó el ambiente propicio para que Óscar Ral Verdú se enamorase del motor cuando era apenas un niño en la Barcelona de los años 70. Este industrial vivió rodeado de motores y empezó a ver los primeros Dakares antes de cumplir los 10 años, ilusionándose con aquellos héroes del desierto que se adentraban en lo desconocido con sus máquinas y sus mochilas como únicas compañeras de viaje. En 1987 lo vio en directo por primera vez en su ciudad y aquello convirtió el sueño de llegar a correr el rally más duro del mundo en una motivación única aderezada con pasión y tradición. Tantos años después, la ocasión se le ha presentado, a base de trabajo y planificación. En su primera participación, Ral Verdú estará acompañado de Carles Jiménez, comercial y también apasionado del motor desde joven. En 2019 se proclamó campeón FIA de rallies históricos en regularidad como copiloto. Ambos tienen un objetivo claro en su debut en los desiertos saudíes: disfrutar de cada jornada y llegar a la meta en Dammam de una pieza. Están ante la aventura de sus vidas, quieren saborearla día a día, pero también miran hacia el futuro y confían en repetir y progresar en una carrera que atrapa a todo aquel que la experimenta.

O. R.: “Desde muy pequeño he vivido entre motores. Mi abuelo era ingeniero de la marca de motocicletas española Ossa y en casa siempre se ha respirado ese ambiente. Siempre soñé con disputar el Dakar, aunque pensaba que era algo lejano y duro, debido al esfuerzo personal y económico que requiere. Era tradición ver todos los reportajes del París-Dakar en televisión y en 1987, por primera vez, lo vimos pasar por Barcelona. Con los años, me empecé a plantear de verdad el objetivo y este 2023 nos estrenamos con un proyecto a tres o cuatro años vista. El objetivo para la primera participación no puede ser otro que el de acabar y disfrutar cada etapa de la carrera. Estoy ante la experiencia deportiva de mi vida y quiero aprovecharla”.

C. J.: “En mi familia siempre ha habido una pasión por el motorsport, desde los rallies, a la Fórmula 1, y para mí, el estar en la línea de salida de esta 45ª edición es un sueño. El Dakar es la máxima expresión de navegación en parajes inhóspitos y estoy deseando descubrir la aventura y el reto de enfrentarme a nuevas experiencias. Nuestro objetivo es el de colgarnos la medalla de finishers, pero espero que durante los 15 días de carrera encontremos grandes experiencias, superación, diversión y mucho aprendizaje en una categoría como la T4”.