"Siempre saca el fuego que hay en mí"

En un año pueden cambiar mucho las cosas. En 2022, Sam Sunderland arrasaba con todo, conquistaba un segundo Dakar y el título inaugural del Campeonato Mundial de Rally-Raid. Sin embargo, no empezaba 2023 con buen pie. En el kilómetro 52 de la primera etapa del Dakar el británico se estrellaba y dejaba la carrera tras romperse el omóplato. Marcaba el tono de una temporada complicada. Sam se perdía el Abu Dhabi Desert Challenge por una fractura de tibia en su entrenamiento final. Luego volvía a sufrir una caída y un abandono en el Sonora Rally, teniendo que retirarse tanto del Desafío Ruta 40 como del Rallye du Maroc al ponerse enfermo. Parece claro que no le costará despedirse de 2023, aunque no sea el primer vigente campeón que lo pasa mal con el número 1, estatus que constituye un arma de doble filo, como es bien sabido. El último campeón de motos que lograba repetir la hazaña de forma seguida en el Dakar sigue siendo el gran Marc Coma, en 2014 y 2015. Sam, proveniente de un país con una cultura limitada de rally-raid, llegaba a este deporte de forma curiosa. Con 19 años trabajaba como ingeniero de ascensores en el Reino Unido y disputaba carreras solo por diversión, después de dejar atrás una carrera prometedora en motocross tras sufrir un accidente grave con 16 años. Durante unas vacaciones, mientras visitaba a sus tíos en Dubái, probó por primera vez correr en el desierto y se enamoró de la disciplina. El director de un concesionario de KTM le vio en una pista local de motocross y le invitó a trabajar en su taller y a competir en el campeonato de Baja de los Emiratos Árabes Unidos. Sam dio el salto y se mudó a Dubái en 2009. En 2011 dejaba a todos asombrados en el Abu Dhabi Desert Challenge, imponiéndose en victorias de etapa frente a algunos de los mejores de la disciplina. Se estrenó en el Dakar en 2012 y los equipos oficiales no tardaron en llamar a su puerta. Sam se sumó a Honda y luego a Red Bull KTM, donde aprendió mucho de su compañero de lujo, Marc Coma. En 2017, hizo historia al convertirse en el primer ganador británico del Dakar. Después de pasar a GasGas para el Dakar 2022 se incorporó al grupo selecto de dakarianos con más de un trofeo del beduino al sumar un segundo título. Aunque el año pasado no se vio caracterizado por la buena suerte, a sus 34 años sigue siendo un competidor feroz y con las mismas ganas de siempre de ir a por todas en el Dakar. Si las cosas le salen bien, el éxito está garantizado. Cada vez que Sunderland ha cruzado la meta final del rally más duro del mundo ha sido para subir al podio en la general.

"¡Parece que llevar el número 1 en la moto no es bueno para mis planes! Otros pilotos han corrido la misma suerte. Competir al máximo nivel siempre supone un reto, que todo se alinee y hacerse con las victorias. Si fuera fácil, no sería una prueba tan respetada ni levantaría tanto interés. Aunque resulte frustrante también forma parte del proceso que hace que las victorias sepan tan bien. Creo que la motivación de ganar es algo que se tiene desde pequeño o no se tiene. Cuando lo llevas haciendo tanto tiempo, resulta difícil saber por qué se tiene tantas ganas de ganar. Pero, créeme, ¡ahí siguen las ganas! A nivel físico, estoy bien ahora y seguiré progresando de cara al Dakar, momento en el que espero alcanzar mi nivel óptimo. Voy a prepararme para el Dakar 2024 de la mejor forma posible. Por suerte, cuento con un equipo extraordinario que me apoya en GasGas y que se asegura de que todo vaya bien, sobre todo con la formación sobre el roadbook, tan importante en ediciones recientes, como hemos podido ver. Con mis antecedentes, el objetivo debe ser terminar y esperamos lograr un buen puesto, aunque lo que realmente quiero es volver a casa con un tercer título. Para mí el Dakar siempre destaca frente a otras carreras. No sé si porque hay mucha más gloria en juego o qué, pero lo que está claro es que saca el fuego que llevo dentro".