¡Un 2CV con vocación de camello!

Dakar 2025 | Etapa 6 | HAIL > AL DUWADIMI
10 enero 2025 - 21:17 [GMT + 3]

La fascinación por el 2CV ha golpeado de nuevo. Después de las checas Barbara Holicka y Lucie Engova, que lograron llevar uno multicolor hasta la meta final en 2024 y repiten de nuevo este año, presnta otro el dúo holandés formado por Floris de Raadt y David Kann con el nombre de “Team 2 Chameaux”. Su modelo se remonta a 1968 y corre sin complejos por las pistas saudíes.

Floris de Raadt no ha intentado nunca luchar contra su destino, sino todo lo contrario. El 17 de enero de 1967 (¡cumplirá 58 años el día de su llegada a Shubaytah!), sus padres evitaron in extremis un parto improvisado en el Citroën 2CV en el que acudían urgentemente al hospital. Está claro que el joven Floris ha heredado de su padre tanto la pasión por los coches como sus grandes habilidades al volante. Ya en sus tiempos de estudiante de ingeniería, este neerlandés afincado en Suiza empezó a poner a prueba los límites de su pequeño coche francés: “Todos mis amigos tenían Golf GTI, pero no podían seguirme el ritmo en las carreteras sinuosas. La silueta más esbelta de mi coche, podía tomar curvas más cerradas”. Tras acumular horas de mecánica y rallyes en innumerables 2CV, se le ocurrió la idea un poco loca de participar en el Dakar Classic con su viejo cómplice David Kann: “Tenemos el coche más antiguo del Dakar, es de 1968, pero la verdad es que va muy bien”, ríe el copiloto.

El desafío no pintaba muy bien al principio de la aventura, ya que el dúo sufrió algunos contratiempos incluso antes de la salida. “El viaje a Barcelona ya fue una locura, el coche aún no estaba listo”, explica David. "Cuando lo recogimos en Jeddah, había un problema con la bomba de combustible y de camino a Bisha, ya habíamos sufrido siete u ocho averías en 500 kilómetros. Trabajamos al borde de la carretera y, por fin, el último pequeño ajuste que encontramos surtió efecto... el coche debió de darse cuenta en ese momento de que la cosa iba realmente en serio. Ahora va de maravilla, es un pequeño milagro. Y cada día va un poco mejor”.

Sin presumir demasiado, Floris está incluso encantado de poder emplear las técnicas de conducción de su juventud al medirse con sus compañeros de Classic: “Estamos disfrutando, dándole al acelerador. No muy rápido, pero lo suficiente para adelantar a muchos otros coches. Se quedan boquiabiertos cuando nos ven adelantarles, no entienden nada. Está claro que en las subidas o en la arena muy blanda, salimos perdiendo. Pero en los wadis o en los tramos muy técnicos, rodamos muy cómodos”. Sin embargo, no se puede dar aún la apuesta por ganada, ya que el veterano coche todavía tiene algún achaque. El día de descanso en Hail se le ha sometido a una revisión a fondo. “Los amortiguadores están completamente muertos. Sólo tenemos un par de repuesto, así que la cosa está complicada”, se preocupa David sin dramatizar demasiado. “De hecho, tenemos a mucha gente ayudándonos. Incluido Nasser Al Attiyah, que nos ha prestado una herramienta que necesitábamos”. Con la bendición del cinco veces ganador qatarí, el 2CV color chocolate con leche tiene muchas posibilidades de ver Shubaytah.

Síguenos

Recibe información exclusiva del Dakar