El miedo y el abandono

Dakar 2024 | Etapa 9 | HAIL > ALULA
17 enero 2024 - 08:33 [GMT + 3]

Bruno Leblanc terminó la novena etapa de su primer Dakar en helicóptero, con el brazo en cabestrillo. Tremendo chasco para el piloto, que soñaba con cruzar la meta final para rendir tributo a su madre, fallecida hace dos años…

Evacuado al término de la especial para ser asistido por el equipo médico y con la esperanza de que le repatriaran al vivac de AlUla para someterle a un reconocimiento médico completo, el piloto de la KTM número 133 ha necesitado un poco de tiempo para recuperar el ánimo. Controlado el dolor de la fractura de clavícula gracias a la morfina, a Bruno le ha venido todo el cansancio de golpe y también la sensación de alivio, pues podría haber corrido mucha peor suerte. “He pasado mucho miedo. Había hecho cincuenta kilómetros tras el primer refuelling y seguía entonces a otro piloto… Lo último que recuerdo es que he salido despedido de la moto. Lo que ha venido después no lo recuerdo. Cuando he recobrado el conocimiento estaba a quince metros de mi moto, con un compañero a mi lado, que es quien ha llamado a la organización. Cinco minutos más tarde, venía a buscarme un helicóptero. Compito en enduro dese hace diez años y es la caída más fuerte que he sufrido. Y sobre todo la más rápida, a 100 km/h. He tardado en tranquilizarme y decirme a mí mismo que estaba bien”. Bruno Leblanc no olvidará su primer Dakar. “Todo es tremendamente intenso, no hay un minuto de paz. Por la noche toca reparar la moto, comer algo, pasar por el fisio… Al final te acuestas muy tarde y te levantas a las 4h30 de la madrugada… Por algo dicen que es el rally más duro del mundo”. Al igual que el resto de pilotos, Bruno llevaba años soñando con el Dakar: “De niño, me fascinaba el vivac presentado por Gérard Holtz. Este deporte y la fraternidad que transmiten sus protagonistas me hacía soñar. Hay que tener un perfil muy completo para hacer un Dakar. No basta con pilotar rápido, también hay que saber navegar, gestionar las fuerzas, cuidar la moto, saber de mecánica… Eso es lo que me llamaba la atención cuando decidí sumergirme en el universo del rally raid.” La aventura comenzó para el piloto en el Rallye de l’Amitié en 2017. Cuatro años después de este bautismo, participó en el Rallye du Maroc en Enduro Cup pero no logró clasificarse para el Dakar. Regresó en 2023, en esta ocasión en Rally2, y consiguió esta vez sí su billete para la prueba. Aunque sabía que sufriría, pensó que tendría algo más de tiempo para disfrutar de esta aventura extrema. Pero se ha dado de bruces con la realidad. “En la crono de 48h sufrí de lo lindo. Me encontré con Amaury Baratin en las dunas y nos ayudamos el uno al otro. No conseguimos llegar al vivac antes del anochecer, así que tuvimos que dormir fuera, en un edredón que nos prestaron. Al final yo salí bastante antes que Amaury, que se quedó sin gasolina, pero llegué tardísimo al vivac y la jornada de descanso al final fue de todo menos descanso para mí”.  Al cansancio extremo se suman las malas noticias. “El martes, remolcamos a un compañero de malle-motos que había sufrido un neumotórax y ayer por la noche supimos del fallecimiento de Carles Falcón…”.  Ayer, cuando dio con sus huesos contra el suelo y perdió el conocimiento, Bruno vio cómo se le escapaba la vida. “He pasado muchísimo miedo”, dice una y otra vez. “Es una lástima porque iba bien, mejor que la víspera, y estaba disfrutando sobre la moto. En carrera tienes que estar siempre concentradísimo, y prestar atención a cada metro de recorrido… Y el error, por desgracia, llegó enseguida.” Bruno Leblanc no podrá cruzar la meta final, el objetivo que se había marcado para rendir tributo a su madre, fallecida de cáncer. En su casco luce en lacito amarillo, símbolo del instituto Curie y la siguiente inscripción: For you Mum… “Llevo dos años trabajando en este proyecto para mi madre y el Instituto Curie… Y por desgracia no ha podido ser.”

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