El agua preciada

Dakar 2024 | Etapa 7 | RIYADH > AL DUWADIMI
15 enero 2024 - 07:00 [GMT + 3]

En el desierto, el agua es tan escasa como preciada. Amaury Baratin lo ha comprobado este año.


Milagrosamente salvado durante la primera semana de carrera, el piloto de la KTM 79 que participa en su tercer Dakar, llegó al ASS de la séptima etapa muerto de sed. "Recorrí 400 km sin poder beber ni una gota porque el tubo de mi Camelback se había soltado", se quejaba. Peor todavía, el motor de su moto también se sobrecalentó, lo que le obligó a parar en la última parte de la especial para preservar la máquina: "Creo que seré capaz de cambiar el radiador cuando llegue al vivac". Amaury acumula problemas desde el inicio del rally. “El primer día me mató", confiesa. “Fue una etapa muy larga, me caí y me hice daño en la rodilla”. Pero lo peor estaba por llegar. El 10 de enero, la víspera de la larga etapa bautizada "48h Chrono", saltó una duna durante una neutralización. "Un gran error", admite. El resultado fue un hueso roto en el tobillo derecho y un hombro izquierdo dolorido. Amaury es de aquellos a los que les gusta sufrir. En 2021, en su primer Dakar, logró terminar 46º con un pulgar roto y algunas costillas fracturadas. "Terminé a pesar del dolor", dice. Al año siguiente, debido a una fractura en la pierna tuvo que parar en la cuarta etapa. Aunque no participó en 2023, el francés, que compite en la categoría Original by Motul, se ha prometido este año llegar hasta el final. Cueste lo que cueste. Cuando se encontró atrapado a 6 km de la meta de la crono de 48 horas y algunos empezaron a hablar de retirada, Amaury Baratin se puso furioso. “Debido a las heridas que me hice en la 5ª etapa, no estaba en mi mejor momento cuando me lancé a las dunas", explica. Pilotaba mal, golpeaba el motor porque me costaba mantenerme en pie sobre las piernas para tomar impulso en las dunas... Apenas pasé de los 200 km antes de las 16:00, cuando debería haber hecho unos cien más. A partir de ese momento, supe que no llegaría al vivac de los 300 km antes del anochecer. Pero no era cuestión de volver al vivac anterior por miedo a tener demasiados kilómetros que recorrer al día siguiente. Con el apoyo de Bruno Leblanc, propietario del concesionario Horizon Moto 95, pasó la noche en las dunas y no alrededor de una hoguera como sus amigos. “Un helicóptero nos dejó caer raciones y un saco de dormir", explica. Solo necesitábamos agua... Al final, estábamos tan bien que nos despertamos a las 6:30 de la mañana, aunque habíamos planeado salir justo antes del amanecer. Aún nos quedaban 350 km para terminar la especial...". Las cosas se complicaron a unos cincuenta km del ASS.... “El motor empezó a calentarse de tanto golpe. La junta de la culata se cansó... Tuve que parar cada dos por tres para rellenar el agua. Bruno aceleró para terminar antes de que oscureciera y, a 6 km del final, me perdí. Seguí dando vueltas y acabé quedándome sin gasolina”. Otra noche en las dunas, esta vez sin saco de dormir. Tuvo que esperar a que de madrugada un SSV le dejara unos litros de gasolina para poder regresar al vivac. Amaury pudo entonces cargar su moto en un camión antes de volar a Riad y pasar la jornada de descanso. “No fue un día de descanso", explica. “Llegué a las 5 de la tarde y preparé el motor que iba a tener que cambiar cuando llegara la moto”. La operación se llevó a cabo entre las 2:00 y las 5:00 de la mañana, justo antes de su salida para la séptima etapa, prevista a las 5:50. “Apenas he dormido, desde el inicio del rally", confesaba Amaury anoche antes de recorrer el centenar de kilómetros que le separaban del vivac de Al Duwadimi. “Acabo de pasar dos noches en el desierto y otra reparando la moto en Riad... Espero que esta noche solo tenga que cambiar el radiador". Como pequeño consuelo, recibirá la medalla del espíritu del Dakar y un premio de la federación saudí por su valentía y sacrificio. Siempre y cuando llegue a tiempo al vivac...

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