Duro como una piedra

Dakar 2024 | Etapa 3 | AL DUWADIMI > AL SALAMIYA
9 enero 2024 - 06:52 [GMT + 3]

Aunque todos los pilotos que participan en el Dakar son guerreros, algunos lo son más que otros. Ese es el caso de Libor Podmol, el motorista checo que terminó la tercera etapa con ocho puntos de sutura alrededor del ojo derecho.


Puede que llegara a Al Salamiya antes del anochecer, pero Libor Podmol no veía muy claro cuando tuvo que validar su tarjeta en el ASS de la tercera etapa del rally. Con el ojo derecho cerrado y el párpado hinchado y con puntos de sutura, el piloto de la Husqvarna número 87 parecía un boxeador a punto de ser noqueado. "Iba a buen ritmo", comenta. "Estaba con 'Benji', y francamente me sentía bien con la moto. En realidad, no iba demasiado deprisa, la verdad... Entonces choqué con una piedra que me mandó volando a otra piedra... Y luego me caí". La primera en golpearse fue la muñeca derecha. Luego le tocó a la cabeza, con un impacto de la máscara contra el arco de la ceja y el párpado. "Tuve suerte de que Benji pudiera activar mi alarma rápidamente", continúa el checo. A los pocos minutos, un helicóptero aterrizó a mi lado. A bordo había un médico que no dudó mucho. "No había traumatismo craneal, solo había que suturar la herida", me confiesa. Es evidente que Libor Podmol no tenía ninguna intención de quedarse ahí. No era cuestión de tirar la toalla y dejar que el camión escoba se llevara la moto. Media hora después, estaba cosido: "Había que hacerlo bien", dice el médico. Las cicatrices en la cara nunca son triviales. Para Libor, no son las primeras. El piloto checo, ex campeón del mundo de FMX de la FIM en 2010, está acostumbrado a las caídas y a las lesiones. En abril de 2019, durante una exhibición en Alemania, se rompió las dos piernas al fallar un salto increíble. Dos años más tarde, participó en su primer Dakar y terminó en un respetable 31º puesto. Temerario, a Libo le gustan los grandes retos. Acostumbrado a desafiar la gravedad en carreras de pocos minutos, disfruta igualmente acumulando kilómetros en su moto de rally. Superar los límites parece ser su mantra. El año pasado, para ir un poco más lejos, decidió participar en el Dakar en la categoría Original by Motul. La experiencia tocó a su fin tras la segunda etapa. Por eso ha vuelto este año. "Tengo que terminar el trabajo", dice. Por él mismo, pero también por su padre, ya fallecido, que no consiguió ver el Lago Rosa durante su única participación, hace unos treinta años. Para llegar a Yanbu, Libor sabe que tendrá que aguantar el dolor. "También necesito que las cosas me sonrían un poco", añade. "Veré cómo me siento mañana, la cosa no está clara". No veo por el ojo derecho, pero además me duele mucho la muñeca. Por suerte, mi moto no sufrió demasiado en el accidente. Solo espero no encontrarme demasiado desorientado mañana por la mañana".

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