L@s Plaza: en masculino, en femenino y en plural

Dakar 2024 | Etapa 11 | ALULA > YANBU
17 enero 2024 - 19:49 [GMT + 3]

Tras una primera etapa de su carrera como piloto en el Dakar en el continente africano, Manolo Plazo ha participado en cuatro ocasiones con su hija Mónica y ahora lo hace con la más pequeña de la familia, Marta.

La historia de la familia Plaza en el Dakar abre este año un nuevo capítulo. Para el padre, Manolo, todo arrancó en 1996 en el rally de enero, si bien se había labrado ya un nombre en el mundo del todo terreno en su región, Cuenca. En la etapa africana, participó en 12 ediciones, lo cual le permitió conocer cada rincón del Sahara y vivirlo absolutamente todo, desde las noches en la dunas hasta los abandonos, que fueron muchos, además de firmar una 21ª posición en la general de coches en 1998. En esa época, competía ocasionalmente con su esposa Pilín en el Campeonato de Todo Terreno de España. A la familia Plaza, el deporte les corre por las venas, y así es como han criado a sus hijas, Mónica y Marta. Gran enamorado de África, Manolo le fue infiel al Dakar durante el periodo sudamericano, pero no pudo resistirse a la llamada del rally cuando este desembarcó en Arabia Saudí, deseoso de explorar este territorio desconocido para él en 2020. Entre tanto, Mónica ha dejado de ser una niña y se ha convertido en una valiente copiloto, tanto en la escena nacional como en sus primeras incursiones en territorio marroquí. Llegó  por tanto el momento de dar el gran salto e inscribirse en el Dakar juntos, padre e hija: “Nosotros hemos competido juntos en cuatro ocasiones y ahora es el turno de Marta. Ellas nacieron cuando yo rodaba en el Dakar en Mauritania y me siento muy afortunado de poder cumplir ahora el sueño de competir con mis hijas”. La peque de la familia también ha crecido soñando con dunas y esperando con paciencia su turno. Aunque no precisamente con los brazos cruzados, porque las hermanas se han convertido entre tanto en campeonas de España de rally todo terreno, Marta desde el asiento del copiloto: “Recuerdo que cuando éramos pequeñas mi padre se tocaba la oreja cuando salía en la tele, era su forma de decirnos que pensaba en nosotras. Después, cuando le vi con Mónica le seguí de lejos y siempre les he apoyado. Para mí era superemocionante. Y ahora, es una suerte tremenda para mí compartir esta experiencia con mi padre.”  

Marta aceptó el reto con sumo placer y también con muchos nervios. Con nervios e incluso angustia arrancó el rally de 2024 para el clan Plaza, pues apenas habían tenido tiempo de probar el nuevo Challenger del equipo Sodicars antes de su envío a  AlUla. “Estaba nerviosísima porque el coche fallaba y los mecánicos no sabían dónde estaba el problema. Se parada al de poco, menos de 30 km. No disfruté ni un poco pero con el trabajo de todo el equipo, poco a poco le dimos la vuelta a la tortilla.” Desde entonces, el coche # 346 ha podido navegar las pistas y las dunas de la carrera, también las de la etapa de 48h, y también se ha quedado sin combustible alguna que otra vez: “Fue genial disfrutar de esa dura especial, pues mi padre domina las dunas, así que no nos costó en exceso. Fue divertido y especial llegar al vivac en pleno desierto y reencontrarnos con otros pilotos”. El fin de semana en el Empty Quarter les permitió salir de la clasificación de los Finishers, pero la peripecia no suscitó el entusiasmo del padre: “El coche consume muchísimo y nos hemos quedado sin carburante. Pero tenemos que terminar el Dakar aunque sea en “Experience”. La idea es acabar sí o sí todas las etapas”. “En el Dakar estas son cosas que pasan”, dice Marta con una sonrisa.

Marta también ha podido constatar que la magia del Dakar existe , concretamente en un episodio que compartió con su hermana. Manolo es quien nos cuenta la impresionante coincidencia. “Hace dos días, nos quedamos sin gasolina a falta de 10 km para la meta y tuvimos la suerte de que nos asistieran un saudí y un catarí, pero lo fuerte es que esas dos personas nos habían ayudado a Mónica y a mí hace dos años.  Pensar en todos los kilómetros que se recorren en el desierto y toparte justamente con las mismas personas… Ellos se acordaban a la perfección de mi hija mayor y de hecho nos mostraron hasta fotos, pero les he tenido que explicar que no era Mónica sino Marta, mi hija pequeña”. Mónica en cualquier caso nunca está demasiado lejos. Este año, pasa el Dakar en una de las empresas que trabaja con Toyota. No les faltan planes para el futuro. A Manolo le encantaría que sus dos hijas participaran juntas en el rally y Marta va un paso más allá: “Espero dar un nuevo paso compitiendo en camiones, será la forma perfecta de completar la aventura”. Entre tanto, celebrará sus 23 primaveras el próximo 19 de enero en Yanbu. En familia, por supuesto, y en el Dakar.