El placer de compartir

Dakar 2023 | Etapa 12 | YANBU > YANBU
14 enero 2023 - 07:59 [GMT + 3]

Xavier de Soultrait ha pasado de las motos a los SSV con un Polaris en el equipo Sébastien Loeb Racing. Este año está descubriendo el placer de compartir en compañía de su navegante, Martin Bonnet.


Cuando vuelve al vivac por la noche, a Xavier de Soultrait le gusta montar su tienda y meter dentro el equipo. Al francés no le faltó de nada ni siquiera en la etapa maratón cuando pasó la noche al raso en el corazón del Empty Quarter. “La ventaja del SSV es que puedes acarrear todas tus cosas”, comenta en tono jocoso. “Y por la noche, ni te tienes que lavar. Eso es un cambio respecto a la moto”. Pese a su decisión de pasarse a las cuatro ruedas, Xavier asegura que no le guarda ningún rencor a una disciplina que le permitió brillar en varias ocasiones. Con dos victorias de etapa y un 7º puesto en la general en 2019 con Yamaha, el francés ha dejado su huella en la historia del Dakar. “Las motos fueron para mí algo extraordinario. Diez años de mi vida, un periodo fantástico con grandes éxitos, pero también grandes sinsabores”. Como la fractura vertebral que casi lo deja en el dique seco hace dos años. “Al final se me hacía muy cuesta arriba, me daba miedo acelerar demasiado y hacerme daño. Por eso decidí parar”. Ahí fue cuando empezó a charlar con Sébastien Loeb. “Hicimos algunas pruebas para ver si podía ser yo su copiloto, pero al final fue Fabian Lurquin el elegido. Lógico. Es muy buen navegante y tenía más experiencia que yo. Al final, que la cosa no cuajara con Sébastien me permitió hacer un último Dakar sobre la moto”. Terminó 15º con una Husqvarna. “En cualquier caso, aquello nos acercó”. De hecho, cuando el nonacampeón del mundo de rallies decidió montar un equipo para hacer competir los Polares en T4, Xavier fue uno de los afortunados que fueron elegidos para ponerse al volante de los vehículos del Sébastien Loeb Racing. “Polaris inventó la disciplina y vuelven hoy con ambiciones y con la victoria como objetivo”, asegura el piloto que rubricó su mejor resultado en la 10ª etapa con un 6º puesto. “Pero de momento no estamos del todo preparados, somos un poco pesados y la brida no nos ayuda. A veces va bien, como en las grandes dunas donde se puede compensar, pero en otras ocasiones es más difícil. En cualquier caso, la base está bien y el auto es indestructible”. Por lo que respecta a las sensaciones en comparación con las motos, aún no está la altura. Eso sí, Xavier admite que el placer ahora es otro. “Somos dos en la cabina y es todo muy seguro. Está muy bien compartir. La moto es difícil siempre: estás expuesto, no te puedes dar un respiro, pero aquí tienes dirección asistida, parabrisas, limpiaparabrisas… Hasta tienes tiempo de admirar el paisaje, de hablar de la lluvia o del buen tiempo con el compañero que va a tu lado”. Aun así, el francés ya piensa en el futuro. “Tengo ganas de hacer que Polaris vuelva a ganar en T4, y después pasar a T3 y, por qué no, competir algún día en T1. Queremos construir y crecer con el Loeb Racing Team”.

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