Con muletas y a lo loco

Dakar 2023 | Etapa 12 | YANBU > YANBU
13 enero 2023 - 11:53 [GMT + 3]

Es evidente que Mathieu Troquier no olvidará con facilidad su primer Dakar. Desde el octavo día de carrera, el francés pilota su KTM con un pie roto que le obliga a desplazarse con muletas nada más bajarse de la moto…
 

En el vivac del Dakar, Mathieu Troquier no pasa desapercibido. A falta de tres días para el final, entre los cojos que sueñan con la meta de Dammam, es el único que deambula valiéndose de unas muletas. “No me permiten apoyar el pie”, explica. Por suerte, Mathieu tiene buenos amigos en carrera, como su colega Rodolphe, que le lleva la bandeja en la cantina del rally. Todo cambió para el piloto la víspera de la jornada de descanso en Riyadh, cuando Mathieu estampó su KTM en lo alto de una duna rota. “Salí despedido y aterricé tres o cuatro metros más abajo…. Noté un golpe muy fuerte en el pie y supe al instante que me había hecho algo”. De vuelta en el vivac, los médicos le diagnosticaron una lesión ósea con fractura de tibia anterior. Todo ello acompañado de un traumatismo articular. El día siguiente, nuevos exámenes médicos en el hospital de Riyadh confirmaron el diagnóstico. “Me querían escayolar, pero les dije que no era posible. Volví al vivac y el médico me inmovilizó el pie a 90 grados para que pudiera seguir en carrera”.  Y así es como Mathieu se ha enfrentado a la segunda semana del rally. “Conduzco con el talón apoyado en el reposapiés, evitando frenar… Ruedo un poco como los quadistas, con la posición adelantada para apoyarme en la moto. Y levanto el pie cuando veo un impacto. Las dunas las ataco del lado izquierdo para poder reanudar la marcha si tengo que parar. Llego a fracturarme el pie izquierdo y las cosas hubieran pintado peor para mí, pues me habría resultado difícil cambiar de marcha. Pero bueno, hay momentos donde siento muchísimo dolor y no me queda otra que apretar bien los dientes”.  Evidentemente, el piloto del Nomade Racing espera que su cabezonería no lastre su recuperación una vez de vuelta en casa. “Tengo que reincorporarme a mi trabajo de formador en Bosh eBike, pero antes tendré que pasar por el hospital y espero librar de la operación”. Para Mathieu, abandonar nunca ha sido una opción, pues lleva soñando con el Dakar desde niño. “Como tantos otros seguía las imágenes por la tele. Un día le dije a un amigo del instituto que competiría en la prueba y, mira, aquí estoy. No podía volver a casa sin ver antes el Empty Quarter. Era mi objetivo y estoy feliz por haberlo cumplido”. Mathieu ha conocido el desierto, como imaginarán, bien lejos de su Alsacia natal. “Donde yo vivo no hay arena, así que tengo que salir a su encuentro con mis amigos de Ch’tis. Y nuestras pistas están llenas de tractores”. Como muchos, Mathieu cultivó su pasión por el rally en el Norte de África. Tres Raids de l’Amitié y dos Rallyes du Maroc le permitieron descubrir el placer de las dunas y la navegación. Antes de ello, dedicó diez años al motocross y otras tantas temporadas a la Copa del Mundo de bicicleta en la modalidad de descenso. ¿Y después? “Después hice enduro, y eso me llevó al mundo del raid y de los rallies”. ¿Y qué vendrá a continuación? “Eso te lo cuento dentro de dos meses”, concluye al ser preguntado con una gran sonrisa. “Antes tengo que convencer a mi mujer para que cuide de mí a mi regreso”.

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