El gran testigo

Dakar 2023 | Descanso 0 | RIYADH
9 enero 2023 - 08:10 [GMT + 3]

Figura del rally, Franco Picco disputa este año su decimoséptimo Dakar. A sus 67 años, el italiano no ha perdido su habilidad como piloto, ni su pasión por una prueba en la que ha estado presente en 37 de sus años de historia.

Los gestos son un poco más lentos que antes, hace 38 años cuando disputó su primer Dakar. El cuerpo está un poco más rígido, cuando baja ahora de la moto. Pero por lo demás no parece que haya cambiado mucho… Su habilidad con la moto sigue intacta y, con su mirada pícara, no hay quien le pare cuando empieza a hablar de este rally en el que escribió unas hermosas páginas a finales de los años 80. Con tres podios finales y diez victorias de etapa en su haber, el veterano italiano suma en este Dakar su decimoséptima edición. Motos, quads, coches… Franco lo ha probado prácticamente todo en el Dakar. Cuando oyó la llamada del desierto saudí en 2021 decidió volver a la competición tras un parón de cinco años, con la idea fija de disputarlo en motos. Y sin asistencia. “Quería encontrar el ambiente de la aventura de antes”, comenta. Desde el año pasado, se ha fijado otro desafío: aceptar desarrollar la nueva 450 Fantic. “Correr con una moto estándar me obliga a apoyarme en mi experiencia a la hora de afrontar las dificultades”, explica. Y añade con un aire de malicia: “A mi edad, no puedo contar con mucho más”. Ayer, antes de abordar los 400 kilómetros de enlace hacia Riyadh, Franco se tomó un tiempo para comer, agotado tras una octava etapa llena de piedras y pistas falsas. “Ha sido muy duro con los neumáticos Dunlop que no hemos tenido realmente tiempo de desarrollar”, añade. “Sin olividar que soy el único piloto del equipo que sigue en la carrera”. Le quedan aún seis etapas que superar. Franco estima que lo más difícil está hecho: “Las más duras fueron las primeras cinco jornadas. Las piedras, el agua, el frío… Nos ha tocado de todo. Estaba realmente agotado, pero ahora ya estoy mejor. Pero se agradece la jornada de descanso”. Este año, Franco ha elegido lucir el número 67. “Así me acuerdo de mi edad todos los días”, ríe. 74º en la general a mitad de la prueba, el piloto de Fantic finalizaba la octava etapa en 5 horas y 43 minutos. Mason Klein tardaba casi dos horas menos en cubrir la misma distancia. “Esta nueva generación es increíble”, constata el italiano. “El Top 10 es extraordinario. Hace unos diez años, la victoria siempre era para Despres y Coma. Ahora, cada día gana una moto diferente. El nivel es increíble y todo es mucho más profesional. De hecho, el Dakar mismo se ha visto transformado. En los años 90, atravesábamos África. Hoy todo se juega en un solo país con etapas con un recorrido en bucle. El Dakar se ha convertido en enduro extremo”. Lo que no impide que pilotos como Franco acudan a vivir aventuras con las que muchos siguen aún soñando delante de sus televisores.
 

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