El amor como biocarburante

Dakar 2023 | Etapa 9 | HAIL > ALULA
10 enero 2023 - 12:03 [GMT + 3]

Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini en SSV y Jacobine y Kees Kamp en Classic son algunas de las parejas que compiten en el Dakar. Una experiencia aparte...

El Dakar en coches es una aventura compartida sobre todo entre el piloto y su copiloto. Entre los equipos inscritos en la 45ª edición del rally, encontramos un buen puñado de parejas que han decidido asumir el reto juntos. Recordemos no obstante que Nicolás Cavigliasso descubrió la carrera en solitario, coronándose en la categoría de quads en 2019. En aquella época el argentino sorprendió a todos al pedirle matrimonio a su novia, Valentina, al subirse al podio. La escena se hizo viral en redes y fue sumamente emotiva. Puede interpretarse hoy como el momento en que empezó a gestarse su inscripción en un SSV este año. “No me lo esperaba, no imaginaba que Nico fuera a hacer algo así”, confiesa. “Sí que decía que si ganaba me pediría matrimonio... Y, zas, ahora estamos de vuelta en el Dakar compitiendo juntos. Ya no formo parte de su equipo de asistencia, ahora soy su copiloto.” La prometida del campeón no es ajena al universo del Dakar, pues Valentina se encargaba de preparar con Nicolás los road books, que en aquella época se repartían la víspera de cada etapa.  

Desde entonces, cuando llegó el momento de cambiar de categoría para asumir un nuevo reto, Nicolás le propuso a su bienamada, como no podía ser de otra forma, que le acompañara en calidad de copiloto: “Dijo que sí en seguida. El primer día que salimos a probar el SSV, el vehículo era tan nuevo para ella como para mí. Le dije a Vale que subiera para ver sus primeras sensaciones en el coche y lo hizo de fábula. Leyó el road book fantásticamente bien, y eso que apenas conocía los símbolos, y después seguimos entrenando juntos… Y aquí estamos hoy, en pleno Dakar”. Aunque su SSV tuvo problemas con el alternador desde los primeros días, nada les ha impedido figurar en lo alto de la tabla. Nico y Vale conviven a las mil maravillas en el habitáculo del coche: “Llevamos ya un año compitiendo juntos, ¡creo que nos peleamos menos en el coche que en casa! Ambos nos concentramos mucho en la carrera y en lo que debemos hacer”, explica la copiloto, que se siente comodísima en su papel. “Siempre digo que me siento en el coche con los pies cruzados, con muchísima confianza en cómo conduce Nico, no tengo miedo de nada. Yo no podría conducir, me encanta la navegación… en estas dunas tan imponentes, confío al 100% en Nico”.

En el caso de Jacobine y Kees Kamp, que compiten por segundo año consecutivo en el Dakar Classic, la presente incursión está lejos de ser su primer periplo. Es más bien un capítulo más de una vida dedicada a viajar y a los coches antiguos. Su viaje de novios, que arrancó en 1993 en un Peugeot 504, duró año y medio y recorrió cuatro continentes: “Viajamos a África, al Sáhara, a la India, a Nueva Zelanda, a Rusia”, explica Jacobine. “Eso fue hace más de 30 años y nunca hemos dejado de viajar, hemos visitado más de 40 países en África, también con nuestros hijos”.  Su pasión por viajar dio un giro interesante cuando descubrieron el Dakar Classic en la televisión y decidieron recuperar un viejo Citroën CX, réplica exacta del que condujo en su día Jacky Ickx en su primer Dakar.

La vida de competición en pareja no corre peligro con una complicidad tan fuerte: “Competir es incluso bueno para nuestra relación. Si podemos con esto, ¡podemos con todo! Hace falta humor, amor y… ¿qué más? A veces hay que cometer errores. Por ejemplo, le digo ‘ojo, hay una piedra’, la golpea y le suelto ‘¡pero estás tonto o qué!’, y en otro momento le guío yo por donde no debo y es él quien me lo reprocha. Todos cometemos errores, pero nosotros nos entendemos bien también cuando nos equivocamos”. Kees considera también que “es la mejor forma de vivir el Dakar”, una prueba en la que los dos tortolitos no se han marcado ningún objetivo deportivo: “Nos quedamos varados con frecuencia, pinchamos, no tenemos un coche lo suficientemente bueno para poder pelear por una buena posición. Creo, de hecho, que somos anteúltimos, pero nos lo pasamos en grande”.

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