Tras las huellas de su padre

Dakar 2025 | Etapa 6 | HAIL > AL DUWADIMI
11 enero 2025 - 22:35 [GMT + 3]

Un cuarto de siglo después de su padre, Maxime Pouponnot disputa este año su primer Dakar. Al inicio de la segunda semana, el piloto de Deux-Sèvres tuvo una jornada complicada...



Hace tiempo ya que el sol se ha puesto cuando el faro de la Fantic número 79 perfora la noche de Al Duwadimi al acercarse a la meta de la sexta etapa. En el batiburrillo de vehículos de dos y cuatro ruedas, el desierto escupe uno a uno a los corredores que por fin terminan esta larga jornada de más de 800 km. Aliviado al verle aparecer, Laurent Pouponnot felicita calurosamente a su hijo después de recoger la pegatina que demuestra que ha pasado por el último control horario. “Estás haciendo el trabajo, muy bien”, le dice. “Y mañana será igual de bueno. Franco Picco hará todo lo posible para que salgas con una moto nueva”. Maxime parece dudarlo. Cubierto de aceite y arena, el natural de Niort dice que “vivió un infierno” en los 100 últimos kilómetros de la especial. Nos explica: “Cuando salí de la neutralización a las 16h, sabía que iba a ser complicado evitar la noche. Luego, a los 50 km, se me rompió el radiador de aceite. Intenté taponar la fuga con una pasta de dos componentes que llevaba conmigo, pero no funcionó. Tuve que hacer una derivación para continuar, y perdí tres horas. Por si fuera poco, justo después se me estropeó la tablet. “No imaginaba que un día los camiones me pasarían. Afortunadamente, una vocecita me decía que tenía que seguir”. Laurent Pouponnot se deshizo en elogios y ánimos cuando escuchó la historia de su hijo. “Hay mucha gente que se habría rendido o habría esperado a que se rompiera el motor”, dice. “Hiciste lo que tenías que hacer. Querías correr el Dakar y ahora ves lo que es”. Para los Pouponnot, la moto es una pasión familiar. Laurent, que es concesionario en Niort, participó en dos Dakar, hace 27 y 25 años. Así que por lógica, uno de sus hijos acabó por pillar el virus. “Maxime me asombra porque se las ha arreglado él solo para llegar hasta aquí”, dice su padre. “Cuando ves el presupuesto que supone participar en el Dakar, me siento orgulloso de verle aquí”. Amigo íntimo de Eric Aubijoux, que perdió la vida en el rally en 2007, Laurent Pouponnot también conoce los peligros de esta prueba. Para él, cada final de etapa es un alivio. “Por supuesto, el miedo siempre está ahí”, comenta. “Sé lo que exige esta carrera, y puedo decirte que me emociona ver a mi hijo participando. Estoy seguro de que Eric lo está mirando desde ahí arriba.”


 

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