“Le dije a mi hijo que cuando se recuperase, iríamos al Dakar”
En resumen
- Raúl Ortiz Correa debuta en el Dakar en la categoría Classic en 2026 junto a su mejor acompañante: de copiloto tendrá a su hijo, Raúl Ortiz Navas, en una aventura que supone mucho más que una experiencia en familia, sino el premio final a unos años difíciles tras el accidente que sufrió su hijo en 2021, cuando lo tenían todo preparado para ir juntos al Dakar 2022. Raúl Sr le prometió a su hijo que después de su recuperación cumplirían su propósito dakariano.
- Ortiz Correa, de 62 años, siempre soñó con ir al Dakar pero no pudo permitírselo por falta de tiempo debido al trabajo. Se crio en una familia humilde y trabajaba en la empresa de automoción de su padre hasta que este falleció. Tuvo que reinventarse. Empezó a trabajar en una inmobiliaria, y después, decidió montarse su propio negocio junto a su mujer, Inmobiliaria UNO. 32 años más tarde, tiene 3 oficinas en Granada y un negocio estable. Ha llegado el momento de ir al Dakar junto a su hijo.
- Tras superar tres crisis económicas con su empresa, asegura que no le preocupan las múltiples trampas que esconden los desiertos de Arabia Saudí. Llega al Dakar tras una amplia experiencia en competición. En 2024 fue ganador del Campeonato de España de Todo Terreno en categoría T8 junto a su hijo y ha corrido en diferentes citas africanas. Está preparado para el reto.
- Fue el ‘culpable’ de que su hijo sea un enamorado del motor y los todos terrenos. Cuando tenía tan solo 13 años lo introdujo en el mundo de la competición y los raids llevándolo a ver pruebas de orientación y velocidad, antes de empezar a competir juntos en múltiples carreras.
- Raúl Ortiz Navas debutó en el Dakar en 2021 como copiloto de Pablo Oliva en la categoría T3. Los dos ‘rookies’ pudieron cumplir el objetivo de llegar a la meta y hacerlo rozando el Top 10, en una meritoria 11ª plaza.
- Cinco años más tarde, Ortiz regresa al Dakar en categoría Classic junto a su padre, pudiendo así cumplir el objetivo familiar que ambos tenían de alcanzar en el Dakar 2022, pero que tuvieron que posponer por el grave accidente que sufrió Ortiz Jr. en el Rally Andalucía de 2021.
- Tiene 34 años y ya pude decir que ha vuelto a nacer. En ese accidente sufrió un vuelco, el coche se prendió fuego y Raúl se había quedado dentro del vehículo porque perdió la consciencia. Tuvo suerte de que una persona que se encontraba en ese punto no dudó en retar a las llamas para sacarle del coche.
- Tras diez operaciones, la amputación de un dedo y mucho tiempo de rehabilitación, el gran esfuerzo de Ortiz le ha permitido recuperar la normalidad en su vida. Raúl volvió a trabajar en la inmobiliaria de su padre y regresó a sus labores de copiloto. Asegura haber logrado mantener un 65% de la movilidad de las manos y tener que copilotar con guantes adaptados.
Ambición
R.O.C.: “Me había comprometido con mi hijo para ir al Dakar 2022. Pero cuando pasó el accidente, le dije que no lo haríamos. Pasó por 10 operaciones y un largo tiempo de rehabilitación en la mano. Lo primero era que se pusiera bien y se recuperase, que el Dakar podía esperar. Y le prometí que, después de eso, cuando estuviese bien y recuperado, iríamos al Dakar. Y ahora en 2026 cumplimos el sueño. Por todo ello, es una enorme ilusión ir al Dakar juntos”.
“Introduje a mi hijo en el mundo del motor llevándolo cuando tenía 13 años a pruebas de orientación y de velocidad y ahora ya llevamos muchos años compitiendo juntos, tanto a nivel nacional, como en Marruecos o Túnez. Cada vez que podíamos, nos escapábamos a hacer una prueba. Tenemos ya experiencia de cómo gestionar nuestras emociones en un coche y aguantarnos el uno al otro. En el habitáculo, en ciertos momentos tenemos nuestras diferencias, pero nos llevamos a la perfección y nos entendemos muy bien, con una conexión padre-hijo”.
R.O.N.: “En la etapa 4 del Rally Andalucía de 2021, con otro piloto, volcamos y el coche se prendió fuego con nosotros dentro. El piloto pudo salir por su propio pie, con quemaduras en la cara y en el esófago. Pero yo me quedé inconsciente. Tuve suerte de que en esa curva había un hombre que se metió dentro del coche y me sacó como pudo. Doy gracias a que la Federación tenía un helicóptero para enviarme al hospital de urgencia. Volví a nacer. Considero que ahora es como si me hubieran regalado otra vida de forma gratuita”.
“Ahora tengo una movilidad de un 65%-70% en mis manos. El resto, está ya perdido. Pero ahora ya puedo hacer vida normal. He tenido que adaptar muchas cosas, pero por el resto, tras todo lo que pasó, puedo dar las gracias porque estoy bien. Desde ese momento, me cambió la forma de ver la vida y de pensar en los problemas. Antes pensaba mucho en el futuro. Ahora, en el día a día y en disfrutar”.
