Una lluvia de recuerdos

Dakar 2023 | Etapa 4 | AL SALAMIYA > AL-HOFUF
4 enero 2023 - 11:14 [GMT + 3]

El vivac de Ha’il quedó manga por hombro tras las lluvias de ayer. Los motoristas que llegaron al campamento congelados tuvieron que encontrar soluciones para calentarse.

El cansancio, el calor y el polvo suelen ser los compañeros de ruta habituales del piloto dakariano. Lo afrontas, te preparas y hasta acabas disfrutándolo. Ahora bien, el frío y la lluvia son contratiempos de otro tipo que te hielan los huesos, te empapan la ropa, te destrozan la moral… y dejémoslo ahí. Ayer por la tarde cayó un diluvio en la región de Ha’il que transformó el vivac en una piscina de barro. Tras la interrupción de la especial, pilotos y tripulantes volvieron en convoy con el deseo de refugiarse cuanto antes en un lugar cálido y seguro. Eso sí, los motoristas que participan en la categoría Original by Motul no conocen la comodidad de las autocaravanas. Están acostumbrados a las jornadas largas y también son expertos en dormir en tiendas de campaña en caso necesario, pero acampar bajo la lluvia no es la mejor forma de recuperar fuerzas. Entre chaparrón y chaparrón, cuando los pies ya estaban hasta arriba de barro, David Castera anunció la buena nueva: se abrirían espacios de la organización de forma excepcional para aquellos motoristas que anduvieran errantes bajo la lluvia.

Los dormitorios improvisados se llenaron de competidores deseosos de secarse cuerpo y alma en condiciones y poner fin así a un día tan doloroso como olvidable. Uno de ellos fue Charan Moore, líder de la categoría Original by Motul, y harían falta muchas más vicisitudes para borrar de su cara esa inconfundible sonrisa con bigote: «Es como si hubiésemos terminado tres Dakar en tres días, así de duro es. El año pasado fue un paseo en comparación con este año. No es lo que esperábamos, pero esto también es parte del juego. En cualquier caso, es un momento que no olvidaré nunca: en el tramo de enlace hacía tres grados e íbamos pegados a la moto, algo único de verdad». Su compatriota Stuart Gregory, que ha participado en todas las ediciones saudíes del rally, es de la misma opinión: «Ya empezábamos a ver nubes grandes y amenazadoras a lo largo de la especial, después la acortaron y, durante los 200 kilómetros largos que hemos hecho para llegar aquí yo no llevaba chubasquero. Creo que no he pasado tanto frío en mi vida. Qué suerte que al final podamos dormir calentitos».

Simon Marčič, con más galones en la prueba y auténtico pilar de las «motos baúl», también ha destacado siempre por acumular contratiempos en el Dakar. Pues bien, la expedición entre Al Ula y Ha’il se cuenta ya entre las principales anécdotas de su colección: «Estoy calado y tengo frío. He visto muchas cosas en mis nueve Dakar, pero un infierno como este en el desierto, jamás, ni siquiera en Bolivia. Highway to Ha’il, porque hoy ha sido un infierno. En Bolivia, hacía frío por la altitud, pero nunca como aquí». En la categoría Original by Motul, no se olvidarán fácilmente de Ha’il

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