¡Una isla en el desierto!

Dakar 2020 | Etapa 4 | Neom > ALULA
8 enero 2020 - 08:58 [GMT + 3]

En su primera participación en el Dakar, Sébastien Cosjean hace todo lo posible para mantener como única perspectiva el disfrute. Y asume una responsabilidad de la que se siente muy orgulloso: representar a Córcega en Arabia Saudí.

Se puede vivir el Dakar al mal puro estilo corso. Y eso es lo que hace precisamente Sébastien Cosjean, más que entusiasmado con el reto que se ha fijado. En el vivac de Neom, con sus tres días de experiencia, el motorista más sonriente del plantel cuenta ya con un buen puñado de anécdotas que contar. Sin embargo, los problemillas encontrados por el camino no afectan ni un ápice a su buen humor: “El primer día sufrí una gran caída. Avanzaba a 80 km/h y salí despedido dos metros por encima de la moto. Ha sido un milagro que no me haya hecho nada, pero la ropa estaba buena para tirar”. Por su carácter, Seb se queda siempre más bien con lo positivo, como los majestuosos paisajes como telón de fondo de la carrera. ¿Reconocería incluso que Arabia Saudí puede rivalizar con la belleza de su isla? “No, hasta ahí no podría llegar. No hay nada más hermoso que Córcega”, defiende con pasión este enamorado de su región. “Pero he visto cosas magníficas. Rocas enormes y cañones con un fondo de tierra roja. Me recuerda a las Calanques de Piana. En nuestro caso dan al mar y aquí están plantadas en el desierto”. En la experiencia que está viviendo, el lado humano es el que más le atrae, en el seno del grupo de los Original by Motul y también de las 2.500 personas en el vivac: “Normalmente,esta es la época que dedico a elaborar mi embutido. Vivo en un pueblo en el que somos 100, contando los animales. Para mí es increíble la forma en la que funciona todo esto. ¡No se puede vivir una aventura así en ninguna otra parte! ¡No existe!”. Sébastien tiene claro que disfrutará de estos placeres cotidianos hasta el final: “Viviendo kilómetro a kilómetro con prudencia para llevar la bandera con la cabeza de moro al podio”. Ya nos imaginamos la fiesta que le estarán preparando las cabras, los cerdos y los niños de Bisina.

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